Millones de hogares de todo el mundo utilizan aparatos de gas para calentar o cocinar, lo que supone una amenaza no sólo para el clima sino también para la salud humana.
Un estudio del Rocky Mountain Institute (MRI) de Estados Unidos reveló que unos 12 millones de estadounidenses están expuestos a ciertos niveles de contaminantes por encima de las normas del aire exterior urbano por cocinar con gas.
Así, los investigadores descubrieron que los contaminantes liberados por las cocinas de gas tienen efectos negativos para la salud y, en muchos casos, pueden agravar enfermedades respiratorias como el asma, haciendo que las concentraciones en el interior sean mucho más altas que las ambientales.
La Agencia Federal de Protección del Medio Ambiente (EPA) no ha actuado. Por ello, el informe publicado por el IRM destaca los datos con el objetivo de mostrar la relación entre las cocinas de gas y la contaminación interior.
El organismo estadounidense, con sede en Colorado, encontró un paralelismo entre la contaminación del aire y los daños a la salud.
¿Por qué las estufas de gas contaminan?
El informe señala enfermedades respiratorias en niños y adultos; además, cualquier persona que pase mucho tiempo cerca de una cocina o un calentador puede tener efectos negativos para la salud. Es importante saber que la cocción de los alimentos, independientemente del tipo de cocina, produce una serie de contaminantes cuando se liberan gases como el dióxido de carbono (CO2) o el monóxido de carbono (CO) durante la combustión.
En consecuencia, los niveles de dióxido de carbono son mayores en los hogares que cocinan con gas en lugar de con electricidad. Cocinar en una cocina de gas durante varias horas puede aumentar el riesgo de niveles elevados de monóxido de carbono.
Incluso pequeñas interrupciones en la exposición al dióxido de carbono pueden aumentar el riesgo de asma en las personas.
El dióxido de carbono también agrava las enfermedades pulmonares y se ha relacionado con problemas cardíacos, diabetes y cáncer. La intoxicación por CO2 y CO provoca dolores de cabeza, náuseas, palpitaciones, infartos o la muerte.
Hoy en día, la mayoría de la gente utiliza el gas como fuente de energía, pero es importante destacar que el gas no es la mejor solución para cocinar o para una fuente de energía segura, ya que los accidentes con este tipo de combustible fósil son comunes, pero existen alternativas para sustituir un compuesto químico que puede afectar a la salud humana y al medio ambiente.
