Cómo los viajes compartidos podrían salvar nuestras ciudades

viaje compartido

Aunque la mayoría de los urbanitas son liberales con profundas preocupaciones sobre la salud ambiental, las ciudades no son necesariamente los lugares más sostenibles para vivir. Las grandes ciudades, como Nueva York y Chicago, cuentan con menos emisiones de gases de efecto invernadero por persona que las zonas metropolitanas más pequeñas porque las áreas urbanas densas dependen de edificios multifamiliares, desarrollos de uso mixto y transporte público en lugar de viviendas unifamiliares y automóviles personales.

Sin embargo, ciudades tan enormes también deben asumir la responsabilidad de los vastos suburbios que emergen en su periferia, y esas comunidades residenciales están más cerca del marrón que del verde.

Sin embargo, hay una gracia salvadora para los suburbios metropolitanos: compartir viajes. Al abandonar el concepto de que cada hogar necesita al menos un automóvil, las ciudades pueden reducir su huella de carbono a casi nada y evitar daños devastadores a nuestro medio ambiente. Por lo tanto, es importante que los habitantes de las ciudades entiendan qué es el viaje compartido, por qué ayuda y cómo las ciudades pueden fomentar el viaje compartido para garantizar un futuro sostenible.

¿Qué es compartir viaje?

Tal como suena, el viaje compartido es el acto de compartir un viaje en automóvil. Muchas personas confunden los viajes compartidos con los viajes compartidos, pero hay diferencias importantes a tener en cuenta. En concreto, los carpools suelen existir entre amigos o conocidos, y suele haber un acuerdo para alternar conductores y vehículos de forma periódica. Por el contrario, los viajes compartidos reúnen a extraños para viajes individuales, y debido a que hay menos conductores que pasajeros en viajes compartidos, hay poco intercambio de roles.

Compartir viajes no es un fenómeno nuevo. De hecho, los programas de viajes compartidos existieron en algunas ciudades particularmente congestionadas durante décadas antes de que las aplicaciones móviles facilitaran el proceso. Los viajeros sin automóviles usarían el transporte público para llegar a un espacio común y conectarse con los conductores que se dirigen en una dirección similar. El sistema benefició a todos: aquellos que carecían de automóviles podían llegar a lugares de trabajo a los que no se podía acceder fácilmente mediante el transporte público, y aquellos con automóviles podían moverse más rápido a través del tráfico utilizando los carriles HOV.

Hoy en día, compartir viajes es casi sinónimo de servicios de automóviles a pedido gracias a los dispositivos móviles. En lugar de dar vueltas por un espacio público, los pasajeros potenciales pueden programar una recogida de viaje compartido fuera de sus propios hogares utilizando aplicaciones rápidas y eficientes. Compartir viajes se está volviendo cada vez más conveniente, algunos dicen que incluso mejor que la mayoría de los sistemas de transporte público, lo que significa que podría ser la mejor oportunidad que tienen las ciudades para volverse ecológicas.

Por qué ayuda compartir el viaje

Cada persona que comparte un viaje al trabajo en lugar de conducir solo en un vehículo personal ahorra al medio ambiente alrededor de un tercio de tonelada de dióxido de carbono cada mes o casi 4 toneladas de dióxido de carbono cada año. Multiplicado entre los miles de viajeros de todo el país que ya participan en programas de viajes compartidos, el servicio evita que más de 220 000 toneladas de CO2 ingresen a la atmósfera, y podría detener aún más.

La conveniencia cada vez mayor de compartir el viaje es una gran ayuda para el medio ambiente porque disuade a muchas personas de invertir en un vehículo personal. Teniendo en cuenta que un automóvil cuesta miles de dólares cada año, no solo por su precio inicial, sino también por las tarifas de combustible, seguro, registro, mantenimiento y más, es mucho más simple pagar una pequeña tarifa de viaje compartido cada vez que una persona necesita para obtener en algún lugar rápidamente. En última instancia, cuantos menos automóviles personales haya en la carretera, menores serán las emisiones de carbono de una ciudad y más verde será el medio ambiente en los años venideros.

Cómo las ciudades pueden promulgar políticas de viajes compartidos

Por ahora, las tarifas en las aplicaciones de viajes compartidos no son más baratas que usar un automóvil personal para un solo viaje, pero pronto, cuando las aplicaciones de viajes compartidos puedan hacer uso de vehículos autónomos, que no requieren el salario de los conductores, el costo de un un solo viaje compartido debería ser casi nada.

De hecho, los automóviles sin conductor deberían hacer mucho para ayudar a la sostenibilidad de las ciudades, ya que sus velocidades moderadas, sus tácticas de pelotón y su creciente dependencia de la electricidad sobre los combustibles fósiles tienden a reducir las emisiones de carbono.

Aún así, las ciudades pueden alentar a sus ciudadanos a ser más ecológicos mediante la promulgación de políticas que premian los viajes compartidos y penalizan la conducción en solitario. Por ejemplo, ampliar los carriles HOV o para viajes compartidos, ofrecer estacionamiento gratis o con descuento para vehículos de viajes compartidos, organizar programas de viajes compartidos en desarrollos de usos múltiples, crear un programa de viajes garantizados a casa, y más, son formas fáciles y efectivas de fomentar más viajes compartidos en ciudades y suburbios circundantes. Con las políticas adecuadas implementadas y las tecnologías sostenibles que pronto surgirán, las ciudades y los suburbios podrían ser los lugares más verdes de la Tierra en los próximos años.

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