La relación entre la tecnología y el medio ambiente es uno de los temas más debatidos en la época contemporánea. Toda tecnología se caracteriza por su impacto medioambiental. A largo plazo, el impacto de la tecnología en el medio ambiente provoca primero un debate en la sociedad sobre el impacto de la tecnología en el medio ambiente.
¿Qué son las tecnologías ambientales?
En la actualidad, la tecnología está comprometida a seguir procesos que no atenten contra el medio ambiente. Por esa razón se han creado las llamadas tecnologías limpias, que van desde las medidas para aminorar el impacto ambiental, el uso moderado de los recursos no renovables o el empleo de tecnologías de poco o nulo impacto en el medio, hasta el cambio de percepción social en relación con el ambiente (Prezi, 2014).
La tecnología ambiental, tecnología verde o tecnología limpia es aquella que al ser aplicada no produce efectos secundarios o trasformaciones al equilibrio ambiental o a los sistemas naturales, es la aplicación de la ciencia ambiental para conservar el ambiente natural y los recursos, así como frenar los impactos negativos de la involucración humana.
La ecotecnología consiste en utilizar los avances de la tecnología para conseguir mejorar el medio ambiente mediante una menor contaminación y una mayor sostenibilidad. Todo ello puede implicar en el futuro importantes avances para frenar el deterioro de la capa de ozono y evitar que el cambio climático sea tan brusco y acelerado.
Las aplicaciones prácticas de las tecnologías ambientales son tecnologías ambientales, es decir, herramientas tecnológicas que ofrecen beneficios ambientales con respecto a sus homólogas tradicionales. De acuerdo con la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (2016), las tecnologías ambientales son herramientas diseñadas para utilizar eficientemente los recursos naturales de manera sostenible. El objetivo principal de introducir estas técnicas en las comunidades es mejorar su calidad de vida.
Ejemplos de tecnologías ambientales
Desde 1980, cuando se descubrió el Gran Parche de Basura del Pacífico, se han estudiado los mejores métodos para resolver este problema: las respuestas a la contaminación vienen de todo el mundo.
Los primeros resultados han llegado en las últimas décadas, y hoy en día las tecnologías medioambientales van en aumento: algunas están diseñadas para evitar más daños, otras para reparar lo que el hombre ha hecho hasta ahora.
La sostenibilidad medioambiental adquiere un nuevo significado al poner los nuevos medios tecnológicos al servicio del medio ambiente y de los seres vivos con el objetivo de recuperar lo que se ha perdido con la contaminación del planeta: el equilibrio entre el progreso, la humanidad y la naturaleza.
Sistema 001/B – Limpiador de océanos
Este sistema fue concebido en 2012 por un joven holandés de 19 años, Boyan Slat, que afirmó que podía construir una máquina que capturara el plástico flotante y lo retirara de los mares.
Tras años de estudio y pruebas, el 2 de octubre de 2019 llegó el anuncio de que el Sistema 001/B funcionaba realmente y que comenzaría la limpieza final de los mares.
Esta máquina, como una gran barrera plegable, sigue las olas del mar, las corrientes marinas y se deja llevar por el viento para «abrazar» todo lo que encuentra.
Está vigilado por cámaras de vídeo, conectadas al satélite, y cuando llega al límite de su capacidad avisa a la base de que está saturado; en ese caso interviene el hombre, proporcionando apoyo mediante un barco que extrae los residuos del agua y los lleva a tierra para clasificarlos y reciclarlos como todos los demás.
Boyan Slat es un ejemplo de que una buena idea, por pequeña que sea, puede hacer una gran contribución al mundo entero.
Del aire al agua: el milagro de HumaCoo
El concepto de sostenibilidad se resume en el proyecto tecnológico de la fundación sin ánimo de lucro HumaCoo, que con la ayuda de las donaciones recaudadas ha llevado y seguirá llevando agua a los países donde falta este recurso indispensable.
A finales de 2018, en colaboración con la empresa suiza SEAS, la fundación llegó a Namibia, donde el agua y la higiene escasean; aquí instaló una máquina que extraerá más de 2 mil litros de agua al día del aire y también potabilizará el agua de los pozos, mejorando inmensamente la calidad de vida de la población que vive allí y permitiéndoles una adecuada hidratación e higiene.
La máquina se alimenta de la energía renovable del sol, a través de paneles fotovoltaicos, lo que facilita su instalación en otros países con una importante escasez de agua y una mala calidad de vida.
Seabin – Cubos de plástico para comer
Este proyecto se ha diseñado para que los puertos eviten la acumulación de plástico en los mares: los puertos son, de hecho, una fuente importante de contaminación del agua, por lo que es mejor limitar los daños.
El proyecto Seabin es una idea de dos amigos surfistas que simplemente no quieren cabalgar las olas de un mar sucio: de este pequeño deseo surge una gran idea para resolver el problema en su origen.
En las ciudades marítimas, sometidas a fuertes vientos, suele ocurrir que la suciedad arrojada al suelo con una ráfaga de viento acabe en el mar. Con las corrientes y el paso de las embarcaciones, podría ser arrastrada al mar y causar más daños, incluso peores que los creados en el puerto.
El sistema Seabin, traducido literalmente como «cubo de mar», permite recoger el plástico flotante mediante una serie de cubos colocados a lo largo del puerto, como un pequeño equipo.
El contenedor recoge más de 500 kilos de plástico al año gracias al movimiento de las olas: al flotar justo debajo de la superficie, el agua se filtra y se expulsa mediante bombas, mientras que los cuerpos extraños, incluso los más pequeños, son retenidos por el sistema. Esta tecnología necesita un mantenimiento cada quince días para ser vaciada de residuos y puede bombear hasta 25.000 l de agua cada hora.
Por el momento, sólo 11 puertos italianos participan en este proyecto internacional, pero está previsto que estos contenedores se instalen también en los barcos que navegan por el mar.
Energías renovables
El ejemplo más común y extendido de tecnología respetuosa con el medio ambiente es la energía producida a partir de recursos naturales renovables como:
- – el sol, que genera energía mediante sistemas de captación de rayos como el solar térmico, el termodinámico y el fotovoltaico;
- – el viento, explotado a través de turbinas eólicas que generan energía a través del movimiento;
- – el agua, que genera energía hidroeléctrica mediante turbinas;
- – calor de la tierra, transmitido mediante bobinas al generador de energía geotérmica;
- – plantas, que se transforman en biocombustibles, biogás, aceites vegetales, aceite de algas y astillas de madera para aprovechar la energía de la biomasa;
- – el mar, que genera energía marina a través de las corrientes y el movimiento de las olas;
- – las aguas subterráneas, una fuente de energía o la cogeneración.
Cada año, los investigadores trabajan para mejorar y hacer más eficientes estos recursos y desarrollar otros aún más eficientes.
Un grupo de investigadores brasileños trabaja actualmente en un proyecto que se concibió ya en los años 80 y que aún no se ha hecho realidad: la captación y el almacenamiento de la energía eléctrica de los rayos.
Hasta ahora se ha comprobado que es imposible captar directamente los rayos, tanto por su potencia como por la escasa probabilidad de identificar el punto exacto donde caerán. Por ello, se buscan formas de capturar la energía que libera en partículas de vapor atmosférico.
Red inteligente – ciudades inteligentes
La tecnología de red inteligente es una red de información y distribución de electricidad que permite gestionar la red eléctrica de forma «inteligente» y eficiente.
Este sistema de red, que conecta un conglomerado de fábricas con centros de generación de energía a partir de fuentes renovables, minimiza las sobrecargas y las variaciones de la tensión eléctrica, garantizando
- – fiabilidad y calidad en el suministro de electricidad;
- – flexibilidad en la gestión de la demanda;
- – la protección del medio ambiente, contribuyendo a la reducción de las emisiones de CO2 mediante el uso de fuentes renovables y la movilidad eléctrica favorecida por el sistema;
- – mayor conciencia de este nuevo estilo de vida y de consumo de energía por parte de quienes forman parte de este conglomerado.
Hasta ahora, el sistema de distribución de electricidad se limitaba a distribuir la electricidad de unos pocos generadores o centrales a un gran número de usuarios, en un sentido único, sin retorno y con un derroche de energía.
El objetivo final de este proyecto es permitir que la energía viaje en múltiples direcciones, desde múltiples nodos, para que la red pueda responder a la demanda de los usuarios y optimizar su gestión.
En la actualidad, es posible distinguir entre las horas de mayor y menor demanda de energía cobrando menos a quienes utilizan la energía en las horas valle a través del mecanismo de las franjas horarias, con lo que se desincentiva el uso de la energía en las horas punta y se facilita a quienes necesitan más potencia para sus actividades.