Ese olor a muebles nuevos podría estar contribuyendo a la contaminación ambiental

¿Alguna vez trajo a casa un mueble nuevo y notó un olor fuerte y maloliente que se quedó durante días, incluso semanas? Gracias a algo llamado compuestos orgánicos volátiles (o COV), no es raro.

Los COV son esencialmente compuestos químicos, muchos de ellos hechos por el hombre, con alta presión de vapor y baja solubilidad en agua, por lo que a menudo se usan como solventes industriales para productos como pintura, equipos de oficina, materiales de construcción y muebles.

Los COV se evaporan con el tiempo (algunos tardan más que otros, pero generalmente alcanzan su punto máximo con productos nuevos), se convierten en gas a temperatura ambiente y se liberan al aire a través de un proceso conocido como «desgasificación».

El olor podría provenir de su tapicería tratada con retardantes de llama, productos químicos para proteger la tela o el barniz de sus muebles de madera. Estos solventes van desde tricloroetileno y oxigenados de combustible hasta cloroformo y formaldehído.

¿A qué huele el formaldehído?

El formaldehído es común en tableros de partículas, paneles, aislamiento de espuma, papel tapiz, pinturas y algunas telas sintéticas. Debido a su fuerte olor a salmuera, el formaldehído puede ser detectado por el olfato humano incluso en niveles muy bajos.

Un químico incoloro que se usa en todo el proceso de fabricación de muebles, especialmente en la producción de adhesivos y solventes, el formaldehído se ha relacionado con todo tipo de problemas ambientales y de salud.

Aunque ocurre naturalmente, el químico se descompone rápidamente para crear monóxido de carbono cuando ingresa al medio ambiente en grandes cantidades.

Cómo deshacerse de ese olor a muebles nuevos

Hay algunas maneras de deshacerse de ese olor a muebles nuevos y, en teoría, disminuir su exposición a los COV dañinos. Considere lo siguiente cuando compre un nuevo sofá, alfombra, mesa o cualquier otro mueble.

  • Permita que los productos descarguen el gas en el exterior: Una vez que reciba sus muebles, retire el embalaje y déjelos ventilar afuera antes de llevarlos a la casa. Encuentre un área cubierta o un garaje separado si le preocupa el clima. También puede buscar modelos de piso que ya hayan tenido tiempo de descargar el gas en la tienda o pedirle al fabricante que saque el producto del paquete en la tienda con anticipación.
  • Ventilación: Si sus muebles ya están adentro y acaba de notar el olor, abra las ventanas o encienda un ventilador para dispersar los vapores hasta que el olor desaparezca. Lave las piezas removibles (según las instrucciones del fabricante) y déjelas secar al aire libre.
  • Mantenga la habitación fresca: Los COV liberan más vapores a medida que aumenta la temperatura y la humedad, así que considere mantener su hogar en un lugar más fresco con aire acondicionado o deshumidificadores para restringir la liberación de gases.
  • Invierte en plantas de interior: Los estudios muestran que ciertas plantas de interior pueden limitar o eliminar los COV nocivos del aire dentro de su hogar, y que algunas plantas incluso pueden identificar sustancias químicas específicas. Busque plantas como dracaenas, bromelias y plantas de jade.

Por supuesto, si desea evitar por completo el olor a muebles nuevos, considere buscar productos que tengan menos probabilidades de emitir tantos COV.

  • Busque certificaciones: Greenguard y SCS Global Services ofrecen certificaciones de calidad del aire interior. Para obtener estas certificaciones, los productos deben someterse a un proceso de evaluación que revisa la formulación de sus ingredientes y el sistema de fabricación, además de realizar pruebas de emisiones.
  • Comprar usado: Encuentra muebles antiguos en tiendas de segunda mano, tiendas de antigüedades o mercados en línea que ya hayan tenido mucho tiempo para descargar gasolina. Dicho esto, evite los muebles pintados fabricados antes de 1978, cuando se prohibió la pintura con plomo.
  • Pregúntele al fabricante: Especialmente antes de comprar productos de madera prensada (incluidos materiales de construcción, gabinetes y muebles), pregunte al fabricante sobre el contenido de formaldehído. La EPA recomienda el uso de productos de madera prensada de «grado exterior» que emiten menos formaldehído porque contienen resinas de fenol en lugar de resinas de urea.

Impacto ambiental de los COV

Hay una razón por la que se nota más el olor en los muebles de interior que en los de exterior: la EPA reconoce que las concentraciones de COV pueden ser hasta diez veces más fuertes en el interior. Según la agencia, esta discrepancia ocurre independientemente de si la casa está ubicada en áreas rurales o altamente industriales, lo que indica que las concentraciones elevadas de VOC pueden permanecer en el aire durante largos períodos de tiempo.

Respirar ciertos COV en sus formas más leves puede irritar los ojos, la nariz y la garganta e incluso causar reacciones y preocupaciones más graves.

Un estudio de 2020 del aire interior residencial en el sureste de Luisiana detectó al menos 12 COV en la mayoría de los hogares muestreados. Incluso se ha sugerido que es más probable que las personas inhalen más COV durante el sueño debido a la mala ventilación del dormitorio y la proximidad de la nariz y la boca a los colchones. Un estudio encontró que los niveles de inhalación de COV por parte de bebés y niños pequeños como acetaldehído, formaldehído y benceno podrían alcanzar niveles peligrosos.

Cuando se trata del entorno natural, los COV son igual de preocupantes. Estos productos químicos juegan un papel importante en la creación de ozono y contaminación por partículas finas en la atmósfera, ya que reaccionan con los óxidos de nitrógeno emitidos por las actividades industriales cuando se exponen a la luz solar. Ciertamente no ayuda que los COV también sean emitidos por vehículos motorizados, instalaciones de fabricación de productos químicos, fábricas e incluso fuentes biológicas.

En 2018, un estudio dirigido por la Universidad de Colorado en Boulder y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica reveló que los productos químicos volátiles (incluida la pintura y los adhesivos utilizados para muebles) ahora contribuyen con niveles más altos de COV a las emisiones globales a medida que disminuyen las del transporte.

En algunas ciudades industrializadas, estos productos ahora constituyen la mitad de las emisiones de COV de combustibles fósiles. Básicamente, la exposición humana y ambiental a las emisiones de combustibles fósiles a base de carbono está pasando de fuentes relacionadas con el transporte a productos que contienen COV.

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