Tratamiento de aguas residuales para el siglo XXI

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Con una población mundial en aumento y un crecimiento urbano aparentemente interminable, el mundo enfrenta actualmente un desequilibrio en los tipos de agua. Específicamente, tenemos escasez de agua potable limpia y un exceso de aguas residuales que requieren tratamiento.

El procesamiento de aguas residuales se realiza típicamente de tres formas principales. La más conocida es a través de un sistema municipal, que es el que está presente en la mayoría de las ciudades desarrolladas. Las aguas residuales se transportan desde los hogares y negocios a través de una tubería que finalmente recoge los desechos de toda la ciudad y los lleva a una planta de tratamiento, donde se eliminan los desechos y el agua se vuelve segura para su descarga en un río u otro cuerpo de agua.

Ese proceso es esencial porque si falla, el agua que se descarga puede ser muy peligrosa para los humanos, la vida silvestre y las plantas. Es por eso que a pesar de que las aguas residuales municipales se han procesado durante décadas, todavía se están desarrollando técnicas nuevas y mejoradas. Los sistemas como la flotación por aire disuelto, que resultan mucho más eficientes y efectivos que las antiguas y sencillas técnicas, se utilizan cada vez más cada año.

La necesidad de esos sistemas es evidente en las dos áreas restantes de tratamiento de aguas residuales. La primera de ellas es una versión más pequeña de una planta municipal, que procesa desechos para un grupo de viviendas que pueden estar demasiado juntas para la opción final.

Ese sería el tanque séptico residencial familiar, que permite que los sólidos se asienten en un tanque grande a medida que aumenta el nivel del agua. Una vez que alcanza cierto nivel, el agua drena a través de una tubería que va a una serie de tuberías subterráneas llamadas lecho de lixiviación. El lecho de lixiviación se rellena con grava y las tuberías tienen orificios que permiten que el agua penetre gradualmente a través de la grava.

Por supuesto, es un sistema imperfecto e incompleto. El tanque finalmente puede tener tantos sólidos que deben ser bombeados y los desechos sólidos transportados en camiones a una instalación municipal que los procesa como los desechos de la ciudad. Y si el propietario de la vivienda no bombea el tanque de manera oportuna, los sólidos pueden drenarse hacia el campo de lixiviación y obstruirlo.

Otra versión de esto incluye un tanque de aireación que realiza una cantidad limitada de procesamiento para eliminar la necesidad de un campo de lixiviación.

Las debilidades de ambas técnicas son claras. El problema principal con cualquier cosa que no sea el sistema municipal es que el efluente podría potencialmente viajar sin control desde el sistema hacia el medio ambiente. No se realiza un seguimiento de una fosa séptica o aireador, solo la atención del propietario. Si la propiedad cambia de manos, la última fecha de limpieza conocida puede perderse y el sistema puede quedar desatendido durante demasiado tiempo.

Además, los sistemas residenciales aún requieren el uso de instalaciones de tratamiento municipales, incluso cuando se bombean de manera oportuna.

Para que el agua limpia esté disponible para el consumo y para que las aguas residuales sean tratadas de una manera económica y eficaz, será necesario utilizar cada vez más técnicas como la flotación por aire disuelto. Sus capacidades no solo mejorarán los sistemas municipales existentes, sino que también aumentarán las posibilidades de una eventual conversión de sistemas sépticos, de aireación y de tipo vecinal obsoletos que son demasiado difíciles de monitorear y mantener, además de ser inherentemente menos efectivos.

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